El Hospital Materno Infantil de Mexicali recuerda que es crucial concienciar a la población en general sobre la importancia de atender el dolor intenso durante los periodos menstruales y no considerarlo como algo normal a lo que las mujeres deben resignarse. Esta condición no solo afecta la calidad de vida de quienes lo experimentan, sino que puede tener un impacto significativo en su bienestar físico y emocional.

El dolor pélvico o cólicos que se experimentan antes o durante la menstruación se debe a las prostaglandinas, moléculas mensajeras del organismo que provocan que la matriz se contraiga para expulsar el revestimiento del útero que se manifiesta en forma de líquido rojizo por la cavidad vaginal.

Este dolor pélvico se conoce como dismenorrea y aunque puede ser normal durante el primer día de menstruación, existen casos en los que la intensidad del malestar es tan elevado o insoportable que algunas mujeres se ven impedidas para realizar deporte, trabajar o ir a la escuela.

Además, se le podrían sumar algunas condiciones como irritabilidad, dolor de espalda, mareo, vómito, náuseas, dolor de cabeza y fatiga. No es normal cuando estos síntomas son tan fuertes que llegan a afectar las actividades cotidianas.

La Secretaría de Salud estima que hasta un 50% de las mujeres ha presentado dismenorrea alguna vez en su vida, más la persistencia crónica en muchos casos, es una condición que se calla y se considera normal, afectando la calidad de vida de quienes lo padecen, incluso a edades muy tempranas.

Se llama dismenorrea primaria a los malestares asociados a la menstruación y que no tienen causas adicionales. En la secundaria se estima que puede haber una enfermedad latente, como endometriosis, miomas ováricos, embarazo ectópico, pólipos en la cavidad uterina, colon irritable, entre otras.

Es por ello que, las mujeres que lleguen a experimentar tales afectaciones a su salud durante los periodos menstruales, deben acudir a solicitar atención médica inmediata a su centro de salud más cercano, para recibir tratamiento y descartar cualquier enfermedad presente que esté provocando esa condición.

Ignorar este problema no solo perpetúa el sufrimiento innecesario, sino que también puede llevar a complicaciones de salud a largo plazo. Es fundamental que se reconozca a la dismenorrea como una condición médica legítima que requiere atención y tratamiento adecuados para garantizar el bienestar integral de las mujeres.