En un acto cargado de simbolismo y fraternidad, la comunidad de la Colonia Nuevo San Juan Copala recibió a la presidenta municipal de San Quintín, Miriam E. Cano Núñez, para una importante ceremonia de entrega de bastón de mando al presidente de la Autoridad Tradicional Municipal de la Colonia, Antonio de Jesús. El evento se celebró en un ambiente de unidad y respeto, y contó con la presencia de autoridades municipales, entre ellas la regidora Bertha Isabel Hernández, presidenta de la Comisión de Gobernación y Legislación, y Esther Ramírez, directora de Atención a Comunidades y Pueblos Indígenas.
Durante la ceremonia, Antonio de Jesús agradeció la visita de la presidenta y reafirmó el compromiso de la comunidad triqui con la administración municipal. En su intervención, destacó que, más allá de las opiniones externas, la presidenta Miriam E. Cano Núñez ha demostrado ser una líder cercana al pueblo, especialmente con la comunidad indígena triqui, quienes la respaldan y consideran parte integral de su comunidad.
Uno de los momentos más significativos del evento fue la entrega de un huipil artesanal, un símbolo de la identidad cultural de los pueblos triquis. Este huipil, confeccionado por manos de mujeres y niñas de la comunidad, incluye representaciones de mariposas, un símbolo de metamorfosis que narra el paso de la vida terrenal a la espiritual. Este gesto de obsequio fue acompañado por un collar, aretes y un adorno tradicional para el cabello, todos elaborados por las artesanas triquis.
El acto también fue un reconocimiento a la presidenta municipal, quien no solo aceptó con humildad los regalos, sino que, al lucir el huipil, demostró su respeto hacia la cultura indígena y el liderazgo de la comunidad triqui. De manera simbólica, esta es la primera vez que una presidenta municipal de San Quintín recibe un huipil confeccionado enteramente por las manos de las mujeres triquis, lo que refuerza los lazos de integración entre el gobierno municipal y las comunidades indígenas.
La festividad, que incluyó una variada muestra de platillos tradicionales, también fue un claro reflejo de la cultura y tradiciones vivas de la comunidad triqui, que aún preservan el arte de la alfarería, el tejido de huipiles y la elaboración de sombreros y petates, entre otros productos artesanales.