Tijuana fue el precursor de la inclusión en el Sistema Educativo Municipal, con el propósito de atender a los niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad, sobre todo a personas sordas, apoyándolos en su educación primaria, secundaria y bachillerato, para así facilitar su formación académica.
En el 2004, se inició el proyecto de apoyar a las personas con discapacidad auditiva, gracias a la petición que realizó la Asociación Tijuana en Apoyo al Sordo A.C. (APSOR) en conjunto con los padres de familia. Esto impulsó a brindar atención personalizada en su aprendizaje y estudios diarios, así como atender sus necesidades de requerir un intérprete de lenguaje de señas.
Sin embargo, es muy costoso para que los padres de familia puedan contar con un intérprete particular de lengua de señas para sus hijos, aún más, cuando dentro del hogar hay dos o más personas con estas necesidades. El servicio por hora o al día es desde 200 hasta 500 pesos, aunque varía dependiendo el nivel del experto por ser una atención compleja, tanto mental como físicamente.
Ante las necesidades de la comunidad escolar, la Secretaría de Educación Pública Municipal (SEPM) contempló el servicio de Lengua de Señas Mexicana (LSM) en esta ciudad fronteriza. La escuela secundaria Alba Roja es la que inició con la atención de alumnos sordos. En 2005 se reconoció en la Ley General de Inclusión para Personas con Discapacidad, a la Lengua de Señas Mexicana como parte del patrimonio lingüístico de la nación.
Desde hace más de 15 años, Tijuana es el único municipio que se encarga de atender a las personas con discapacidad auditiva a nivel nacional. La atención es tan inclusiva que la formación académica y aprendizaje se brinda en los tres niveles de educación básica, contando actualmente con 28 alumnos en 11 grupos en todas las escuelas municipales.
Sin embargo, para que la comunidad sorda tuviera un mejor alcance en su educación, asesorías y resolución en sus problemas de aprendizaje, tanto en el aula como en sus actividades cotidianas, la SEPM integró la coordinación de Lengua de Señas Mexicana. Esta trabaja con un Modelo Educativo Especial, que tiene cinco líneas básicas: 1) la atención al estudiante sordo fuera del aula, 2) capacitación continua de intérpretes para que se dé un servicio de calidad y puedan ser certificados.
Asimismo, se les brinda 3) capacitación a los maestros en lengua de señas para que puedan trabajar mejor con ellos. 4) apoyo a los familiares de las personas sordas para promover mayor inclusión en el hogar, donde la convivencia es mayor y 5) atención a la comunidad que está interesada en aprender, por lo que se brinda clases al público y a quienes ofrecen algún servicio, por ejemplo restaurantes, médicos, abogados, psicólogos, entre otros.
En cuanto al Modelo Educativo, el Sistema Educativo Municipal, ha buscado idear más herramientas didácticas para apoyar desde el preescolar. Aunque anteriormente no se ha podido efectuar, durante el 2019 se inició un proyecto de elaboración de un glosario en colaboración con los 11 intérpretes y 15 personas de la comunidad sorda egresada de las escuelas municipales. La meta es unificar un vocabulario y conceptos en lengua de señas para tener una educación de calidad, pues a nivel nacional no existe un proyecto con esta iniciativa.
Este sistema de educación se ha trabajado solo en Tijuana, pero hay estados que han tenido el interés de crear o llevar este mismo método como Chihuahua y la Ciudad de México, pero no pueden porque no cuentan con el personal capacitado para atender a esta población. A nivel nacional se cuenta con 43 intérpretes en LSM, donde en Baja California hay 5 y solo dos de ellos han sido certificados profesionalmente.
Conforme han pasado los años, los retos que ha enfrentado la comunidad sorda, sobre todo durante la contingencia, son la comunicación a través de los dispositivos digitales, la interacción de intercambio en los mercados, explicar sus malestares con el médico, así como ser atendidos en oficinas gubernamentales. Algunas de las personas con esta discapacidad se apoyan en la lectura de labios, pero el uso de cubrebocas obstruye este mecanismo de adaptación.
Con la pandemia por Covid-19, han observado distintas necesidades para que la comunidad sorda continúe con su aprendizaje, ya que al no haber clases presenciales y no contar con intérprete ha sido muy complicado tener un seguimiento efectivo. Por lo tanto, se abrió un espacio para que las personas sordas pudieran contar con asesorías, así los intérpretes se pueden encargar de explicar sus tareas y traducir algunas clases virtuales que han podido grabar, logrando mayores beneficios.
Cabe destacar, que para que las niñas, niños y jóvenes con discapacidad auditiva puedan contar con esta educación especializada es necesario que los padres de familia se acerquen a los profesionales de la salud para que los guíen y orienten desde su nacimiento de esta manera se evitará un rezago lingüístico que impacte negativamente su educación.